viernes, 18 de junio de 2010

Bajando los decibeles

Hay que ahuyentar los aires triunfalistas y volver al ánimo cauteloso, casi temeroso y desconfiado, de los primeros días de competencia.
Es obvio, pero como el Mundial es un torneo abarcativo en el que se meten todos, hace falta que los futboleros hagan docencia: todavía no le ganamos a nadie.
Por fortuna, los integrantes del plantel argentino son los primeros que advierten sobre la situación. Aunque los medios imponen el tono festivo pese a que los rivales derrotados fueron de lo peorcito que puede cruzarse en el camino de una selección candidata.
Una cosa es la confianza, otra el exitismo precoz.
Hay ciertos "comunicadores" -que contagian a los hinchas- que en afán de mostrarse respaldando a la Selección Nacional y Popular, exajeran tanto que ya les hacen "dedictatorias" a los detractores y les sugieren que pinten la bandera que diga "Perdón, Diego".
Hay titulares forzados en todos lados, aseveraciones que aluden al "brillo" de Messi que no fue tal, ninguneos a las demás selecciones...
Ojo que España ya se dio un terrible porrazo, ahora tropezó Alemania (a menos de 24 horas de que el inefable César Luis Menotti la bendijera como "la" candidata). Hay que estar atentos y vigilantes y guardar elogios y gritos para el momento del desahogo.
Y una más: explica la sabiduría futbolera que las cábalas exitosas deben mantenerse en reserva. Todos conocemos que las brujas no existen, pero también que las hay. Haber vencido en un par de partiditos no da derecho a pronunciar a boca de jarro: "ah, me funcionó la cábala tal"...
Sh... El silencio es salud. El partido de los hechizos es mejor jugarlo a puertas cerradas: la superstición va por dentro...

La foto de María Cecilia Fernández (DiarioFisgón) muestra al periodista Daniel Lucheli, de Radio Nacional, vuvuzela en mano y vuvuzela en boca, tras la victoria contra Corea del Sur

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