sábado, 3 de julio de 2010

La tristeza no es sólo brasilera

Se terminó el sueño, otra vez. A puro gol en contra. Con el asunto del golpe a golpe nos salió el tiro por la culata: fueron todos piñones en el mentón nuestro y no metimos ni una mano a tiempo.
Ya habrá tiempo -y otras ganas- de hablar del juego, de lo que pasó, de lo que significa.
Ganó Alemania, que es un equipazo. Literalmente: un equipazo, no un montón de individualidades.
Cuando un sueño se derrumba duele, desde ya. Pero más impotencia, la verdad, generan los buitres que van a aparecer ahora...
Paciencia, entonces. Paciencia y sabiduría.

1 comentario:

Super Riquelme dijo...

Es verdad que hay miserias, Juan. Pero no son menos que las miserias que llevaron a Diego a dirigir a la seleccion, porque en todos lados se cuecen habas. Diego abuso del microfono y reclamo una fellatio por clasificarnos al mundial. Eso viene con vuelto. Y merecido. Por suerte uno siempre puede elegir no leer.