Darío Rubén Oliva fue, posiblemente el médico que más conoció a Maradona (después apareció en escena el fantoche de Alfredo Cahe, pero bueno...).
El asunto es que un día a Oliva se le acercó Fernando Signorini, que además de amigo del Diego se aproximaba a ser su entrenador personal.
Signorini, entonces, preguntó:
- Doctor, ¿cómo tengo que entrenar a Maradona?
- ¿Vos alguna vez viste entrenar a un gato? -repreguntó el médico.
- No.
- Y bueno... Maradona es como un gato... Con que se alimente y descanse, le alcanza para ser el mejor.
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